Si alguna vez has fantaseado con el sexo “prohibido”, ahora puedes decir con seguridad que formas parte de la mayoría. Lo que antes se consideraba un secreto de alcoba se ha convertido en cultura pop.
El enorme éxito de los libros y películas basados en la novela “Cincuenta sombras de Grey” (E.L. James, 2011) es prueba de ello. Sin embargo, el éxito de estos productos también ha llevado a muchas personas a asociar erróneamente el BDSM con el abuso físico y emocional.
Hoy en día, el BDSM es un término que abarca una amplia gama de actividades, formas de relaciones interpersonales y subculturas diferentes.
Antes de probar el BDSM con una pareja, es importante estar bien informado, para saber qué hacer y hacerlo con seguridad. Acompáñanos a conocer más sobre el planeta BDSM y qué implica esta fascinante subcultura.
¿Qué significa BDSM?
El término BDSM aparece por primera vez en USENET (el precursor de los foros de internet actuales) a principios de la década de 1990. El BDSM puede interpretarse como una combinación de tres acrónimos utilizados por la comunidad de practicantes, a saber:
- B/D (Bondage and Discipline, Servidumbre y Disciplina)
- D/S (Dominance and Submission, Dominio y Sumisión)
- S/M (Sadism and Masochism, Sadismo y Masoquismo)
Las actividades relacionadas con el BDSM se caracterizan por el juego de roles complementarios y la desigualdad de poder. Así, la práctica del BDSM suele implicar que los miembros de la pareja asuman roles específicos en los que uno de ellos es dominante y el otro es sumiso.
Aunque el origen del término BDSM sea reciente, su práctica no es nada nueva. Griegos y romanos utilizaban el dolor físico como un estímulo erótico y en el Kama Sutra (un texto hindú de hace 1600 años) podrás encontrar los mejores lugares para “rascar”, “morder” y “golpear”.
¿Cómo se practica el BDSM?
Aunque el BDSM puede implicar el uso del dolor y la humillación o escenarios de juegos de rol caracterizados por la dominación y la sumisión, también requiere el uso de precauciones de seguridad.
Además de las prácticas generales de sexo seguro, el BDSM también debería incluir negociaciones previas al sexo, un consentimiento claro y el uso de palabras de seguridad.
Una palabra de seguridad es aquella que cualquiera puede utilizar cuando llega a un punto en el que necesita parar (y cuando decir “no” o “basta” es parte del juego previamente convenido)
Si quieres probar el BDSM, hay algunas formas estupendas de empezar. Hay una serie de prácticas BDSM “fáciles” que pueden ser un buen punto de partida para los principiantes, incluyendo cosas como:
- Tirar del pelo.
- Vendar los ojos o utilizar máscaras.
- Nalgadas ligeras o el uso (delicado) de látigos o fustas.
- Bufandas, esposas o ataduras.
- Juegos de rol.
Para formas más intensas de juego erótico, muchos expertos sugieren tomar una clase, leer un libro o ver videos instructivos (no, las películas de Hollywood no son suficientes). Y, como ya se ha dicho, las actividades BDSM deben negociarse cuidadosamente de antemano, para que cada parte entienda bien lo que va a ocurrir.