Todas las parejas tienen derecho a disfrutar del sexo como prefieran, sea practicando nuevas posiciones, realizando juegos de rol, haciendo masajes eróticos o recurriendo al BDSM. Sin embargo, no todos tienen claro qué se debe hacer en estas actividades, por lo que es normal evocar todo lo que se hace en la película “50 Sombras de Grey”.
Las prácticas del BDSM deben tomarse muy en serio, pues a pesar que existe dominación y flagelo, debe existir respeto y sobre todo mucha confianza entre los participantes. En esta oportunidad hablaremos sobre la sumisión BDSM, algunos tipos de sumisos y cómo distinguir si eres un buen o mal sumiso.
¿Qué es la sumisión BDSM?
La sumisión BDSM es la posición de quien acepta al dominante asumiendo el rol de sumiso y participante en las actividades eróticas. El que adopta este rol, obedece las exigencias y voluntad de quien domina, sometiéndose a lo que el otro desee hacer con su cuerpo, todo ello pensado para hacerse de forma voluntaria.
Los paradigmas en los que se mueven tanto quien domina como el sumiso, se ponen sobre la mesa con anticipación. Debes saber que en las relaciones íntimas los amantes tienen derecho a disfrutar de su libertad y a recibir respeto de los demás. Por todo lo demás, es conveniente ser respetuoso en cuanto a la diversidad y ejercitar la tolerancia.
Algunos tipos de sumisos
Sumiso sexual
Este tipo de sumiso disfruta cediendo el control en el sexo o para fines similares. Las practicas que se desarrollan en el BDSM son innumerables, y cada sumiso tiene sus límites y preferencias, pero todos los sumisos coinciden en disfrutar del sexo sin prohibiciones.
Sumiso masoquista
Son aquellos que disfrutan recibiendo dolor. Sus necesidades no se basan exclusivamente en el sexo, aunque buena parte de las veces el sexo y el dolor van relacionados. A estos sumisos les gusta la humillación verbal y física, la tortura y la degradación, por lo que sus dominantes idóneos son los sádicos.
Sumiso de las cuerdas
Es aquella persona que le gusta ser atada. La mayoría de estos sumisos se excitan con el hecho de que los inmovilicen y quedar a merced del dominante. Entregan el control total del cuerpo a alguien que pueda manipularles por completo y a placer, atándolos sin límite. El contacto de la cuerda o una máscara de sumisión es sensual para estos, y su contraparte dominante se llama “Rigger” en inglés, o el que ata.
¿Qué implica ser un sumiso ideal?
Los adjetivos “bueno” o “ideal” son parte de lo que se conoce como deseo humano, por lo que suelen ser conceptos subjetivos e indudablemente autoritarios. Todas las formas de consentimiento sexual son tan íntimas que, generalmente son las que determinan si alguien es sumiso o sumisa. En realidad, numerosos kinksters conocen cuál es su nivel de sumisión como si se tratase de su orientación sexual.
De forma resumida, el rol sexual del sumiso consta de disfrutar las instrucciones de quien desempeña el papel dominante. La sumisión BDSM consiste en entregar el control a la voluntad de otro, todo en un contexto sexual. No obstante, más que evaluar si el sumiso es bueno o malo, también hace falta evaluar si el dominante es bueno o malo, pero eso es tema para otro artículo.