El sexo en general, y la penetración en particular, no tienen por qué implicar un pene, y esto es cierto para cualquier tipo de parejas. Y aunque todo el mundo conoce los preservativos “normales”, o condones, muy pocos han escuchado sobre los preservativos orales.

Puede que el sexo oral no plantee riesgos de embarazo, pero dista mucho de ser un sexo totalmente seguro. Existe siempre la posibilidad de transmitir infecciones de transmisión sexual durante el sexo oral.

Los preservativos orales son desechables y se venden en paquetes, al igual que los condones.  Pero, a diferencia de estos, no son tan conocidos. Si nunca te habías planteado usarlos, o no los conocías, no estás solo o sola. Vamos a descubrir qué son los preservativos orales y cómo se usan.

¿Qué son los preservativos orales?

Los preservativos orales son preservativos que se utilizan durante el sexo oral, especialmente durante la práctica del cunnilingus y el rimming. Existen varios tipos, pero los más comunes son los preservativos linguales y las barreras dentales.

Los preservativos linguales tienen un diseño similar al de los preservativos tradicionales, con la excepción del extremo abierto, que es más ancho y está diseñado para ajustarse a los labios y la lengua. Esto permite realizar el cunnilingus sin contacto directo con la vagina o el pene.

Los protectores dentales o barreras dentales son láminas de látex o poliuretano, usualmente cuadradas, que se utilizan entre la boca y la vagina o el ano durante el sexo oral. Son muy finas, con el mismo grosor que un condón promedio, por lo que transmiten muy bien la presión y el calor.

¿Son realmente necesarios los preservativos orales?

Aunque el sexo oral es una actividad menos riesgosa que el sexo vaginal o anal, algunas enfermedades de transmisión sexual (ETS) pueden transmitirse de los genitales a la boca y viceversa. Entre ellas se encuentran la gonorrea, el herpes, la clamidia, la sífilis, el VPH y la hepatitis B.

También existe un riesgo muy pequeño de transmitir el VIH a través del sexo oral. El uso de un método de barrera, como los preservativos orales, es una buena forma de ayudar a prevenir el contagio de las ETS.

No se puede saber si alguien tiene una ETS con sólo mirarlo: el síntoma más común de una ETS es la ausencia de síntomas. Los condones normales también protegen durante el sexo oral, pero solo son seguros de usar sobre un pene erecto.

Consejos para usar un preservativo oral

Utiliza siempre un preservativo oral nuevo, y sácalo de su empaque con las manos limpias. Al igual que con los condones, debes tirar siempre el preservativo oral después de usarlo.

Añadir un lubricante antes de utilizar un preservativo oral puede ayudar a aumentar la sensibilidad. Pero recuerda que, al igual que con los condones, deben ser lubricantes a base de agua o silicona, y no contener aceites minerales.

La mayoría de los lubricantes perfumados pueden aplicarse tan generosamente como se desee, pero es importante leer primero las instrucciones. Tú o tu pareja podéis rociar el lubricante en el pene, la vulva o el ano mientras el otro se asegura de que la protección permanezca en su sitio.

Utiliza sólo un lado del preservativo oral. Darle la vuelta después de haber empezado a usarlo anula su propósito.

Y recuerda que estar sexualmente sano es algo más que la seguridad física. También se trata de entender y practicar el consentimiento entusiasta. Asegúrate de que tú y tu pareja os informáis mutuamente (y a vosotros mismos) para comprobar que todos os sentís cómodos y excitados con todo lo que hacéis juntos.