Todos somos humanos y la mayoría anhela la compañía de una forma humana de una manera u otra, sea de carne y hueso o no. En ese sentido, las muñecas realistas de silicona se han estado haciendo cada vez más “mainstream” desde hace bastantes años.
La razón principal es obvia; las muñecas sexuales se han vuelto increíblemente realistas en los últimos años, tanto que las mejores muñecas sexuales son difíciles de ignorar. Pero incluso antes de esa indetenible evolución hacia el realismo, la atención de los medios siempre fue inevitable.
Por un lado, estamos tan globalmente conectados ahora que sólo se necesita un meme particularmente divertido sobre muñecas sexuales para convertirse en viral. Y así, de repente, todo un grupo demográfico de personas que normalmente no estarían expuestos a las muñecas en su vida cotidiana, se abren al concepto de tener (o al menos usar) una muñeca sexual.
Pero vale la pena repasar un evento hace unos 5 años que puso a las muñecas sexuales en los titulares de los medios.
La inusual historia de “Fanny”, la muñeca
La insólita historia de la muñeca sexual Fanny, que se convirtió en la superestrella más popular del burdel vienés “Kontaxoff”, fue noticia mundial en 2017. En aquella época, los servicios de Fanny sólo se ofrecían con cita previa, y a menudo estaban reservados durante varios días.
A Fanny la describían como una joven, sexy y rubia con una esbelta figura, y el Kontakthof la alquilaba por unos 80 euros la hora. La demanda fue tal, que compraron una segunda muñeca para satisfacer la demanda.
Desde entonces la popularidad de las muñecas realistas de silicona se ha extendido por el norte de Europa principalmente. Un número creciente de burdeles se están adaptando para incluir la opción de las muñecas realistas de silicona, pero cada vez son más los hombres están comprando las suyas para tener su propia muñeca en casa.
¿Por qué son tan populares las muñecas realistas de silicona?
Algunos psicólogos intentan entender por qué algunos hombres están más interesados en acostarse con Fanny, o con otras muñecas realistas de silicona, que con una mujer de verdad. Una explicación tiene que ver con que los hombres pueden hacer cualquier cosa con la muñeca.
La segunda es que muchos se inhiben en presencia de una mujer real, o temen que los juzguen por su desempeño sexual. ¿Significa eso que los hombres simplemente quieren una mujer que no se les resista, que no tenga emociones y que no les juzgue?
Aunque puede haber algo de eso, no es tan oscuro como suena. Muchas personas optan por las muñecas para tener compañía cuando les rompen el corazón o pierden a su pareja. Puede que adoren la forma femenina y les apasione la fotografía o la moda. Puede que les guste el cosplay o que tengan fetiches que no siempre pueden compartir con su pareja.
Las muñecas realistas de silicona son un gran tema de conversación
Por lo general, la gente se queda asombrada y entusiasmada con el realismo de las muñecas, así que, por supuesto, querrá impresionar (o escandalizar) a sus amigos con sus nuevos conocimientos.
Otros están asustados y piensan que es un error, y pueden ser igual de expresivos en las redes sociales. Todos tenemos nuestras opiniones, no hay nada malo en ello. Las muñecas sexuales se han convertido en un tema de debate candente, y no es de extrañar que haya gente que esté a favor y gente que esté en contra dentro de cada comunidad.
Como seres humanos tenemos una fascinación innata por la idea de replicar a la naturaleza, y si podemos acercarnos a diseñar cosas tan perfectas. Es evidente en todos los aspectos del arte y el diseño, estamos obsesionados con ello como especie y las muñecas son otro medio de autoexpresión y exploración en ese mismo ámbito.
Todo el mundo tiene su propia razón personal para tener una muñeca. Incluso hay amantes a distancia que se regalan muñecas. Algunos tienen una, otros 10. Algunos están motivados por el sexo, otros no.
Algunos están motivados por una cosa en particular y luego cambia completamente y de forma inesperada. Como ocurre en todas las cosas humanas, es más complicado de lo que parece a simple vista.